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El insólito propietario


1.

7 de septiembre de 2004.

Golondrina urgió en que la llevara con la partera. Le pedí que fuéramos al hospital, pero había cosas que no me contó durante 9 meses. Llegué hace dos semanas para ver si se encontraba bien y hoy ha nacido al fin nuestro hijo Mateo. La partera habló de muchas cosas con mi esposa y tras esto, le pidió que nos fuéramos al instante, ya que ellos venían. Hemos preguntado quienes y la mujer ha comenzado a tener extrañas convulsiones. Golondrina me ha dicho tantas cosas que no puedo comprender y la enorme responsabilidad que ahora tengo para con ellos. No volveremos a la aldea y tampoco estaremos cerca. No entendí una sola palabra y al llegar la ambulancia menos, al determinar que la partera había fallecido de un ataque al corazón. Pasamos la noche en el hospital, debido a que Golondrina se ha sentido algo mal y deben verificar que el pequeño se encuentra bien. Todo esto ha sido muy extraño. Al pasar el tiempo, me han pedido que vea a Golondrina. Ya era muy de noche y antes de entrar a su habitación, vi 4 sombras; entre ellas, una reconocible totalmente para mí: la del señor Vicuña. Al encender la luz, no hallé más que mucha sangre por la camilla. Llamé a que me auxiliaran. Ahora me encuentro escribiendo esto en la sala de espera y no escucho más que el silencio que me hago, por los profundos gritos de mi hijo y mi mujer. Espero todo salga bien… El cielo, el cielo me calmará. La brisa es hermosa y empieza a despejar el cielo, dejando ver una hermosa luna llena…

8 de Septiembre de 2004.

Mala noche. Un loco ingresó al hospital y mató algunos pacientes. No supe nada de mi familia hasta que amaneció y me buscaron los servicios médicos en mi hotel y por medio del teléfono. Estuve alarmado totalmente, pero al fin están conmigo. Mi pequeño hijo está bien, pero Golondrina tiene unas marcas en sus brazos, como enormes rasguños. Sollozó, al verme ya muy tarde, con mi pequeño en brazos y con las enormes marcas en su cuerpo. Me pidió seriamente que habláramos sobre lo sucedido durante la noche. Hablamos sobre una maldición gitana, provista por su padre, fallecido. No quise reirme de ella en ningún momento de nuestra conversación, pero ahora trato de que no me escuche mientras recuerdo lo que me dijo. Un recién nacido que adquiere poderes a través de la noche y puede levantarse y crear un caos como el que sucedió en el hospital… No lo creo. Me ha solicitado que no salgamos en un buen tiempo y tal vez, trató de explicarme lo sucedido anoche y se encontrara en un estado de horror todavía. Lo que sigo sin poder entender, es que incluso pude ver, por la noche, la reconocible forma del señor Vicuña. Rostros que no olvido y menos, la de un padre enojado porque su hija nunca obedeció sus estatutos. Pero… ¡Esto es la vida real y no cuentos de hadas! He intentado curar las marcas de Golondrina. Desafortunadamente, como ella me lo dijo, no podrán curarse nunca. Y ella tampoco. Todo esto es muy extraño y debo volver en 3 días a trabajar.

9 de Septiembre de 2004.

No sé qué tanto ha realizado Golondrina por la noche y por la madrugada, pero ha estado durmiendo todo el día. Escuché que se levantó en bastantes ocasiones a cuidar del niño. Pedí hacerlo, pero en todo momento me negó verlo. Excepto en una ocasión a eso de las 4 de la madrugada, cuando el primer vistazo del sol se deja ver. En fin, ha sido un buen día, algo extraño porque Golondrina duerme todo el tiempo y solo amamanta a nuestro hijo. Lo he cargado la mayor parte del tiempo. No hay mucho que escribir, excepto que mi hijo es maravilloso, mi mujer se comporta de manera muy extraña y se encuentra en la cocina por la madrugada y ya empezada la noche. Se resguarda con el niño unos minutos en el baño y salen cuando ya estoy en la cama, con muchísimo sueño. Las marcas no mejoran y he visto, que mi pequeño hijo también las tiene, no tan profundas como la de su madre, solo un leve corte en uno de sus brazos. Sigo sin entender nada y de ser así, tendré que retirarme si Golondrina no quiere compartir nada conmigo. Estoy también, entrando en un trance de Soledad. Ya me hago viejo y no disfruto las cosas como debería.

10 de Septiembre de 2004.

He intentado irme, pero mi nueva familia me necesita. Golondrina llora mucho, me ha pedido que entienda todas las cosas que ha hecho por el bienestar de nuestro hijo. Nos sentamos a hablar hasta que el bebé se despertaba. Entre las cosas que me ha dicho, es que esta es una semana muy difícil, ellos deben permanecer en casa y yo lo más cerca de ellos para no hacerlos salir. Me ha hablado de la voz de su padre, que la incita a salir, ver el cielo. Pero que todo se calmará si estoy cerca, porque ninguno quiere dañarme. Sigo sin entender estas locuras y manías que tienen y estoy perdiendo la cabeza. He hallado pedazos de carne y sangre por la cocina, regados en el lavadero viejo. Deseaba volver al hotel, la casa tenía ahora, un aspecto muy sombrío, contrario a lo que muchos pensarían, tendría con respecto a la llegada de un bebé. Todo lo contrario, es un caos. Tampoco comprendo las locuras de Golondrina. Me ha pedido que le dé un solo día más y podré irme con total tranquilidad. Ojalá así sea, porque debo volver al trabajo, si es que quieren que siga viniendo. O al menos, hasta que busque la forma de llevarlos conmigo. Es una difícil decisión, todo lo que soy tiene una reputación del lugar donde vengo y mi primer esposa precedía la misma. Sería una traición a muchos de mis conocidos llegar con esta noticia, pero tampoco me verían mal por el hecho de decidir ser feliz y continuar mi vida. Todo es tan complejo y se pone peor con esos llantos penetrantes de mi hijo. Nunca había escuchado a un niño llorar y menos de esa manera.

11 de Septiembre de 2004.

Vuelvo. Me cansé de tanta presión y llantos horribles. Del horror sanguinolento por toda la cocina. He vuelto a laborar. Retomaré el diario en mi siguiente viaje, que será en tan solo 2 meses más. A ver si las cosas han mejorado.

2.

-Un niño…

-Si amigos. Un niño. Y ese niño debió ser el enorme animal que vimos.

Los tres compañeros, requerían de la total seriedad y conciencia de lo que leían y de lo que habían visto.

-Mauricio, vamos por partes. Álvarez tuvo un hijo con una gitana y un padre fantasma que “los maldijo”, por casarse con nuestro mentor. Álvarez no está maldito, quiero suponer, de ser así, ya lo hubiéramos visto vagando por la casa como un fantasma. Mauricio estuvo a punto de hacer un comentario de ataque pero Jorge lo amagó.

-No me mires así. El comentario que intento hacer quiero que suene de la forma más coherente posible. Me es difícil escuchar lo que estás leyendo, creer la situación de aquella criatura y que esto, salga de un cuento de vampiros y hombres lobo. Porque este, es el mundo real y aquí, los hombres no se transforman en perros gigantes ni brillan en la luz del sol o beben sangre. Estamos ante una enorme disyuntiva y todo lo que está pasando nos arrastra por haber revisado la casa y…

-De no haberlo hecho, esa cosa hubiese asustado a quien ingresara a ella mañana. ¿No crees?

Dani levantó la mano para tomar palabra.

-Señores. No los hubiese asustado. Pero les hubiera aterrado hallar a un niño encadenado en un sótano, lo hubieran soltado y por la noche, mientras le daban refugio en un albergue, hubiera matado a medio mundo. Lo que hicimos estuvo “bien” en cierta forma, hasta ahora han muerto indigentes y personal de una perrera…

-No demerites. Ha muerto gente y faltan más. Las noticias no hablarán de esto, porque imagina el sólo hecho de escuchar lo que debatimos en esta mesa. ¿Cuántos noticieros perderían la credibilidad? Despedirían a millones por informar de estas pendejadas.

-No creo ya que sean pendejadas Jorge. Esta es una situación muy seria. Hay más en el diario, pero solo he podido concentrarme de momento en esto. Quiero continuar esta noche. Ustedes han hecho algo bueno hoy y Dani, me decías que tienes evidencia del chico.

-Yo también lo vi hoy cuando Max se iba. Trae una gabardina amarilla de manga larga y estaba en la esquina de la calle. Cuando lo voltee a ver él desapareció. Tal vez espera que salgamos de la casa para volver a ella y…

Los tres se quedaron pensando en la enorme cantidad de opciones que tenía la bestia o el niño. Dani intentó conjeturar un poco más.

-Pongamos las cosas de esta forma y dejemos de pensar en un niño de trece años. Voy a hacer conjeturas como ustedes, pero a mí me suena lo bastante lógico para continuar y buscar al niño. Si tiene marcas en los brazos; él, las oculta por una buena razón, lo atraparán. Una jaula o cárcel no va a detenerlo, en su transformación escaparía y dañaría a mucha gente. Come lo que debe comer, personas que nadie va a extrañar. ¿De acuerdo?

Los amigos asintieron.

-Segundo. ¿Por qué volver si ya lo hemos visto e identificado? Y aunque no le conociéramos, vuelve por esa razón, quedarse en su sitio, oculto y amarrado para no dañar a nadie. Nosotros lo liberamos. ¿Qué tal si él se encadenó desde un principio al saber que eran tiempos de Luna Llena, con lo que se supone, se transforman?

-Dani, en el video que tienes, el rugido no proviene del niño.

-No.

-Entonces estamos tras la persona equivocada.

-Pues el chico siempre aparece en los lugares de siniestros y ahora cerca de la casa.

-Oigan. ¿Y si fue comisionado por Álvarez para resguardar a la bestia? ¿Qué exista un tercero?

-Mauricio, debes analizar más el diario, seguir leyendo. Estamos cansados y por ahora no vamos a resolver nada.

Dani miraba su celular en busca de noticias y algunos pronósticos en lo que los amigos discutían quién llevaría la bitácora ahora.

-Hoy es el último día de Luna Llena y… estará nublado. Hoy no habrá daño alguno, ya lo verán. Buscaré al niño esta noche y ustedes céntrense en el diario.

-Claro señor Holmes, sin problema.

-No te burles Jorge, ustedes me metieron en esto y quiero ayudar.

-Jorge. La situación es muy delicada y tu quieres proponer sobrenombres.

-Es que no tiene coherencia nada de esto.

-Nada lo tiene… ¿O tú crees que me es fácil leer esto? ¿Intentar creer en todo lo que Álvarez escribe? Hemos vivido detrás de pupitres y escritorios para jugar ahora con historias de Jack London o Ann Rice o inclusive de Stephen King o Lovecraft? Para mí no es ni gracioso ni creíble, pero esto sucede en nuestro mundo…

-Y sucede demasiado bien-, decía Dani mientras le mostraba a Jorge un video del celular. El video, proporcionado por una fuente cercana al usuario “Darkest times comes”, podía visualizarse el ataque hacia una mujer que intentaba escapar a un bosque. Aquella cosa, de un solo salto, pudo ubicarse sin problema en la espalda de la mujer y comenzar a atacarla. Aferrado a la yugular de la víctima, la sometió y al final, sobre el suelo, bebió su sangre. Las valientes imágenes proporcionadas, fueron de mucho valor para las redes sociales, que comentaban el video y buscaban ahora al sospechoso, el cual dicen, solo sale de noche.

Jorge miró el video algo incrédulo y a la vez, aterrorizado.

-Eso no es aquí.

-No. Pero tal vez seamos el foco de un nuevo comienzo. Tal vez, seamos…

Los tres nuevamente se quedaron en silencio. Las historias de horror que una vez fueron contadas, ahora parecen realidad. No había nada de ciencia ficción ahí afuera.

3.

Susie quería seguir jugando, pero Susana había prohibido que siguiera haciéndolo. Los berrinches de la niña iban en aumento, tanto así, que con total fuerza, arrojó a su madre un enorme jarrón. Su padre, llegó a tiempo para sostener el pesado obsequio y regañar a Susie, quien intentó colgarse de los brazos de su padre en ese momento al verlo llegar.

-¡Basta! Si no me apoyan ustedes, entonces a ambos los quiero en cama ya y dormiré en el sofá.

Susie permaneció callada, como lo hacía en toda su vida. Decía muy pocas palabras coherentes, la mayoría eran gritos o en ocasiones, malas palabra aprendidas en la televisión, con niños locales o de su padre en las llamadas telefónicas a sus compañeros de proyectos.

-Amor. Es la última vez que estaremos en esta casa probablemente y es la última vez que podremos jugar aquí. ¿Puedes entender eso?

Miró a ambos y subió las escaleras a su habitación.

-No quiero problemas ni mucho ruido, tenemos que ir mañana a ver la casa.

Los dos se sintieron a gusto y continuaron los juegos. Susana estaba muy preocupada nuevamente. Su esposo consentía demasiadas cosas para Susie, no estaba acatando los consejos y recomendaciones del psicólogo. O tal vez, ella se estaba volviendo muy estricta y tomando muy a pecho su rol como madre. Sustituta o no, su madre. Desde que supo los problemas por los que la niña había pasado, decidió adoptarla. Desde aquella llamada telefónica. Y luego, vino a su mente los problemas de crianza y lo difícil que era controlar a Susie los primeros días. Era como un animal salvaje. Tal vez se crio así en su ciudad natal y en las condiciones en las que vivía eran… Recordó los tratamientos con el psicólogo y lo difícil de que aprendiera un lenguaje. Creyeron que sería una niña con autismo o déficit de atención. Nada ocurrió, Susie era lista, hasta cierto punto. La escuela era su mayor atención, pero cuando alguien la atacaba, pues ella respondía como una total psicópata. Sufrió mucho, solía recordar. Pero quería borrar de su mente todos aquellos recuerdos que comenzaban a volverla loca y ciertas actitudes de su hija que no terminaba por entender. Había días en los que la castigaba sin salir. Por tantos problemas, ellos decidían en ocasiones quedarse mejor en casa que salir a dar un paseo por las noches. Sabía que Susie los hacía pero no existía forma de probarlo. Los ruidos en la casa ya eran mayores de los que podía soportar.

Decidió bajar y ver qué sucedía.

Padre e hija, confrontados en una guerra de almohadas y sillones, ya había roto el jarrón enorme y ambos, cual estatuas, varados al ver la figura de una molesta madre.

-Ya nos íbamos a dormir-, espetó su esposo, con calma y temeroso.

Tomó en brazos a Susie, quien tampoco dijo nada. Sabía que habían hecho algo malo. Subieron las escaleras y pasaron cerca de su madre. Su padre la besó en la mejilla, esperando algún pellizco o golpe. Más hallaron solo silencio, ese sentimiento incómodo que espera, tal vez, que la otra persona implicada explote en un terrible grito de terror y de ataque. Más no hubo nada de eso. Susana suspiró, cuando ya Susie y su padre iban hacia su cuarto.

-… Al menos cabrán más cosas en la mudanza y no nos llevaremos el regalo de la abuela…

Subió las escaleras y los alcanzó al pie de la puerta del cuarto de Susie.

-Descansen.

Susana cerró la puerta con pasador, dejando entonces que los implicados durmieran juntos en la habitación de la niña. Ambos entraron y el silencio incómodo continuó por toda la noche.

4.

No se iba a dar por vencido. Estaría cerca del parque para poder verlo con sus propios ojos. Moriría tal vez si esa cosa atacaba, pero tenía un plan. Inició una grabación en vivo por medio de su servicio de internet y su red social. Se presentó ante sus seguidores y lo tituló: “Buscando el horror”. Si otros usuarios en la red ya habían grabado a estos seres que comenzaban a ascender, este era el momento de seguir haciéndolo pero ahora, ahondaría en el mayor secreto de un joven de trece años.

Dani realizaba su grabación, pero durante casi treinta minutos, nada ocurría. Apagó todo y cuando estuviese cerca del peligro, encendería nuevamente la transmisión. Tal como se predijo y, él no creía en ello, el servicio meteorológico dijo que habría cielo nublado y posibles lluvias. Aquellos seres no podrían transformarse sin aquel haz de luz. Miró un color amarillento entre la oscuridad del bosque y se adentró, no sin antes encender la grabación y explicar que había estado buscando a este niño durante un tiempo, conociendo él los secretos que ahora develaría. Aquello no reptaba, caminaba en dos extremidades, lo que lo hizo tranquilizarse. Se adentró en el bosque, persiguiendo al niño, quien, al sentirlo, echó a correr otra vez. Dani atravesaría todo con tal de saber un poco al menos, de lo que sucedía.

5.

Nota tras nota, no encontraba aun algo concreto. Mauricio ya había leído más de la mitad del diario y solo hallaba días pasados con su hijo en sus esporádicos viajes, su esposa, la famosa Golondrina, le seguía advirtiendo de “esas noches”. Entonces, al fin, halló una importante nota que debía compartir con sus compañeros. Al terminar de leerla, le marcó a Jorge.

3 de Julio de 2005.

Los preparativos de viaje estaban por llegar a su fin. Hoy, he cambiado de opinión hasta que no logre mi objetivo. Golondrina me llevó hoy a un viejo castillo, donde según las leyendas, vivió parte de su familia. Hoy es un enorme museo lleno de historias de gladiadores portugueses y españoles. Hemos esperado al final del recorrido, en la zona de las cárceles. Ahí nos ocultamos hasta que el museo cerró. Ella conocía un pasadizo secreto, donde alguna vez, su padre le mostró. El fin de esto, era que al fin creyera en todo lo que me contó sobre la maldición. Lo que habían dicho sobre la maldición de los Vicuña, era cierta. Ellos solo podrían casarse con alguien más de otro clan, conocido por el apellido “Du Costa”. De no ser así, ellos tendrían una maldición gitana, donde ellos, al morir, vagarían por el mundo como almas en pena y su estirpe estaría maldita. Había escuchado la historia y estaba harto de sus mentiras e insistencias. La cámara aquella donde nos ocultamos, era una vieja cárcel del castillo, con grilletes en la pared, muy bien clavados a ella, para que ninguna fuerza pudiese romperlos. Al centro, había dos grilletes sostenidos al suelo. Según lo contado por la guía, aquí dejaban a aquellos a quienes castigaban todo un día bajo el rayo del sol. Y estaba muy claro, porque por el enorme agujero en el techo, entraba la luz de la luna. Golondrina ató a nuestro bebé a los grilletes, quien se hallaba dormido ahora. Me pidió que esperara a que el niño sintiera el frío suelo y despertara en busca de los brazos nuestros. Estuve a punto de detenerla cuando se puso frente a mí y me ha obligado a esperar. “Al fin me creerás y es la única forma”, me dijo. Pasó un rato y mi hijo abrió los ojos a la luna. Lloró en busca de su madre. Y no solo eso. El llanto comenzó a hacerse un rugido gutural de una bestia y aquel pequeño niño empezó a cambiar de forma. Los más grandes horrores del hombre lobo eran más que un mito y un cuento de horror. Estaban frente a mis ojos. Justo en la mira de mi propio hijo. Aquella bestia intentó zafarse. Si, los grilletes eran enormes cuando lo acostó mi mujer y solo los sobrepuso, pero ahora, cubrían el aro de metal completo.

“Él es una bestia ahora. Ha dejado de ser un bebé humano. Este ser, llamado licántropo, comenzó con la vieja maldición de Lawrence Talbot, como ya te dije. Nunca debí casarme contigo y tampoco debimos tener un hijo. Ahora debo cuidar que él se aleje de esta luz y, se transforme. Conforme avance en edad, esta bestia será más grande, inteligente y sagaz. Ahora no hace mucho, solo atacar, como dictan sus genes. Aprenderá a que debe estar atado ciertos días. Y no solo eso mi querido amor. Toda luz, que engendre un haz parecido al de la luna, hará que cambie de forma. Ahora conoces la verdad. Debemos esperar que la noche muera y él volverá a ser el mismo. Dentro de esta cámara nadie podrá escucharnos, está hecha para eso. Dormiremos en una celda. Los guardias aquí no bajan por temor a las leyendas. Ya todo esto lo conozco bien. No es la primera vez que vengo y presencio esto. A mi tía le sucedió lo mismo y vi morir a mi primo. Mi padre lo mató. Hoy, no quiero asesinar a nuestro hijo, solo ser precavidos y que nada malo nos suceda ni a él ni a nosotros. Lo peor es que, él ya está maldito y su estirpe tendrá la misma maldición. Quedará en ti lo que quieras hacer. Pero hoy y hasta que viva, nuestro hijo jamás morirá”.

Esta noche cambiará totalmente nuestra forma de vivir… Jorge contestó a los pocos minutos.

-Jorge. Solo dime que Dani no fue a buscar a ese niño y dime que no tiene una maldita lámpara luma con él, porque entonces, tenemos un grave problema.

Jorge colgó y se puso en marcha en busca de Dani. Mauricio, se vistió e hizo lo mismo. El cielo empezó a abrirse y a dejar ver destellos de luna. Otra vez, los meteorólogos se habían equivocado.


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