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Amor es, en la Oscuridad

  • jfuentes7cv6
  • 18 abr 2017
  • 5 Min. de lectura

“¿Para qué lo enterraron?, ¿Por qué no lo dejaron fuera hasta secarse, hasta que nos hablaran sus huesos de su muerte? ¿O por qué no quemarlo, o darlo a los animales, o tirarlo a un río?”. Jaime Sabines.

UN FRIO DIA DE ENERO DE 2014.

Una noche, tras una larga plática, el silencio en los corazones se albergaba por primera vez. Había lágrimas en sus rostros. Era un momento extraño después de casi cuatro años de no haber tenido altercado alguno. Pero los tiempos deben cambiar y los vientos no siempre soplan a favor de quienes los necesitan.

La comida se movía de un sitio a otro por el roce del tenedor y los cuchillos. Sus mentes también viajaban de un sitio a otro buscando una respuesta que no hiriera más de lo que ya habían logrado. -Bien. ¿Entonces?-, preguntó ella.

Todos, del otro sitio, en el alma de él, divagaban. Los internos eran libres, pero el de cuerpo presente se sentía aun aprisionado y poco listo para iniciar una nueva travesía.

-Créeme que es muy difícil hacer todo lo que pides. Somos libres, pero hallar una libertad aun mayor, es muy complicado. ¿Sabes cuál es el problema? No me siento aun listo para emprender una mayor libertad contigo. La vida es muy cara actualmente y…

-Creo que aun te centras mucho en lo que puedes tener, con respecto de lo que podemos tener. Una lucha completamente interna.

Los seres oscuros, en este mundo, deben batirse aun en buscar libertades sociales, como lo dictan los cánones sociales. Y así será. Aprendieron anteriormente que de pasión, pocos lo logran. Hay que trabajar y esforzarse demasiado para obtener beneficios; mismos que, cuestan mucho trabajo y desgastan el alma. Ambos querían estar juntos, en un sitio aparte, sin contemplar que la libertad ahora se vería nublada.

¿Qué hacer? Enterrar sus sentimientos, olvidarlos por completo, salir por la puerta y no verse nunca. Para ella, parecía una opción. Si él no le otorgaba aquella petición, de no estar a su lado en ese momento, tendría ella que buscar una mejor opción. O tal vez, emprender sola el camino. Las lágrimas eran poderosas.

-No sé qué hacer. No tengo un trabajo estable, no podría darte todo lo que necesitas…

-¡No quiero nada más que a ti!

Otro incómodo silencio en sus bocas. Alrededor, la zona de comida era completamente feliz, excepto su círculo, ahora penumbroso y apesadumbrado.

-Pienso que nos estamos precipitando muchísimo con todo esto.

-Ya casi son cuatro años y tú, ya debes tomar muchas decisiones con respecto a nosotros, a vivir juntos.

-¿Si algo sale mal?

-No tiene por qué. Vamos…

-No necesito que me presiones.

-No lo hago, solo te pido que lo intentemos…

Y la conversación llegó al punto máximo de ir y venir.

-No puedo con nada de esto. Aun necesito tiempo para pensar en muchas cosas. Llevo una vida muy compleja y aun necesito ese espacio para crear. Tal vez no entiendas todo lo que tengo actualmente y no puedo, en verdad, dejar todo eso atrás. Te amo… Aunque requiero de tu apoyo si queremos que esto funcione.

Ella lo miró profusamente. Se levantó del asiento y dando media vuelta, enfiló hacia las escaleras de salida del edificio, totalmente dispuesta a abandonarlo.

La única diferencia fue que él extendió su mano y con un leve roce y tras esto, un pequeño y ligero apretón de un dedo, con total esperanza, se hizo presente. Ella volteó, con lágrimas en el rostro y llanto irreparable. Él, aun sentado en su silla, le extendió lo que quedaba de comida. Volvió al asiento y terminaron de comer.

Caminaron por las calles del enorme claustro artístico. Felicidad por todas partes y ellos aun pensaban en aquella conversación-exigencia-pelea.

-Vamos a intentarlo de nuevo.

-No vamos a intentar nada. Hemos dicho que no necesitamos presionarnos el uno al otro y así debemos continuar.

-Tienes razón.

-Las cosas pasan por algo, ¿no crees?

Ella pensó por un momento lo siguiente que tenía que decir, pero sin lugar a dudas, plantó sus palabras.

-No sé si voy a seguir queriéndote como lo he venido haciendo. Eres el amor de mi vida, no tengo duda de ello. Pero necesito que pasemos al siguiente nivel, donde nuestra libertad permanece bajo un techo. Hemos logrado mucho, ¿qué debemos temer ahora que, entre dos, nos apoyaremos?

Lo besó en la mejilla y se fue.

Dejó un vacío en su corazón y, durante el camino, ella pensó en todo lo que sucedería a partir de aquel momento. Los días continuaron y aquella pelea se olvidó un poco, aunque intentaron mejorar, parecía imposible. Estaban al borde de una ruptura inevitable y podían sentirlo. Cualquier error les costaría su relación.

La oscuridad es sabia con sus elegidos, sus enviados y, sus hijos. Tal es así, que ocurrió algo que los salvaría por completo y los uniría más de lo que cualquiera hubiese pensado.

FEBRERO LOCO… MÁS QUE TODOS.

El centro comercial, repleto de gente debido al día festivo. Había una duda que dividía sus corazones y era la puerta del sanitario.

¿Miedo?

No existía en ellos el sentimiento. Más bien, era la incertidumbre. Desafortunadamente, su naturaleza humana y el mundo que los rodea, genera este sentimiento muy a menudo en muchas personas. Y ellos, a pesar de su fuerza, tendrían que hacerse aún más fuertes si aquello de verdad estaba pasando.

La mente y la espera son enemigos poderosos ante la desesperación humana. Tienen la completa capacidad de detener el tiempo, hacerlo lento, escuchar sonidos inaudibles al espectro humanos y sensibilizar cada uno de los nervios.

Al final de aquella espera, salió de aquella puerta.

-¿Y bien?

Ella le mostró unas fotografías de su celular.

-No es muy claro. Se supone que, según el instructivo, debe haber dos rayas para que suceda y aparece una y media…

Habían intentado de todo.

Siempre existieron los miedos, pero nunca dudas con respecto a lo que ambos buscaban tener. Una familia. Era el momento y mejor ahora, que la ruptura sonaba muy cercana. Aquella pequeña esperanza estaba por llegar a unirlos nuevamente a pesar de todo lo ocurrido, de los temores de confrontar a la sociedad y materializarse como seres responsables y… adultos.

Al pasar los días, no existió duda alguna. Aquella esperanza estaba ahí, justo con ellos, creciendo en el vientre de ella.

Felices, lo anunciaron a todo el mundo.

Una nueva creación, aquella que sería criada en las sombras, venía en camino. No solo venía al mundo a ser feliz, a ser amado, criado… Venía a salvar al único amor creado desde las sombras.

Y vaya que logró quitarles también, muchos miedos sociales.


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