Amor es, en la Oscuridad

AMOR DE FAMILIA.

“Me dan risa, luego, las coronas, las flores, el llanto, los besos derramados. Es una burla:”. Jaime Sabines.

“Una vez entregada la mercancía, no hay devoluciones”. Una frase muy mencionada por personas de mayor edad. A la fecha, la escucho poco, pero es totalmente aplicable a nuestro relato.

Como ya les decía anteriormente, estos seres extraños y oscuros, están juntos, ya sin importar el tiempo o los espacios.

Tomaban clases de uno y otro, turnaban tiempos para verse, realizaban tareas. Los fines de semana, salían por helado, cervezas o, solo a caminar.

Se reunieron para conocer a sus familias, dándose cuenta que no encajaban en ningún sitio, excepto en los brazos del otro. Hasta cierto día.

Dentro del Taller de creación Literaria, en una ocasión, a todos se les ocurrió subir al escenario y comenzar a improvisar. Él, subió al escenario, dominado por otras extrañas fuerzas. Así, se convirtió en aquel entonces en la muerte. Ella, dulce y sensual, se transformó en una diosa vampírica. Ambos con sus deseos de hacer sobresalir a su grupo. Él formaría alianzas con los dioses antiguos. Ella, con los “semi dioses actuales”.

Del lado de la muerte, contó con Caronte, el dios de la muerte egipcia. Anubis, el dios antiguo de la muerte egipcia. La Catrina, la diosa de la muerte mexicana, símbolo grabado por Posada. Ella había reclutado un nutrido grupo de zombies, en este caso, solo uno pudo seguirla. Una momia estaba también entre sus allegados. Un extraño gato negro.

Con toda la oscura parafernalia de aquella obra, iniciaron un camino lleno de seres extravagantes. Todos en el grupo, con un miembro mental destruido, con algún problema social. Comúnmente se le llama disfuncionalidad.

“No estamos locos, somos disfuncionales”, gritó Pepe, antes de subir al escenario.

No fue solo una presentación. Las ocurrencias tuvieron más de una. La siguiente, fue una fiesta de monstruos y una batalla nuevamente por recuperar las tradiciones mexicanas. Luego, tuvieron que ir al psicólogo para tratar cada uno de sus males al ser olvidados por la sociedad. No todo fue la oscuridad.

Hubo una ocasión en que rescataron el amor de dos ancianos, para la sociedad esto era malo, ya que según los cánones, el amor es para las juventudes. También realizaron una obra acerca del amor de cabaret.

Vaya ocurrencias y en todo momento, ellos unidos. Se unieron más a ellos y así, comenzó un amor de familia, algo disfuncional, pero completamente indestructible. Ellos vagan aun en la oscuridad y en la luz, unidos por una extraña fuerza más allá del amor.

8 DE NOVIEMBRE DE 2013.

Le poseyó extrañamente meses atrás. Ella estaba sobre una mesa. Su color matizado a través del tiempo por sobre el marfil del hueso y esas cuencas, tan prominentes y extrañas; misteriosas. Saber que alguna vez hubo un par de ojos de algún color. Se miraban. Eran en uno para el otro.

Le aconsejaba.

Aquella cosa le dijo que provenía de España, madrileña para ser exactos. No sabe ni cómo llegó a viajar hasta el otro continente. Callada para todos, pero él podía escucharla.

La tomó en sus manos.

“Soy la Tía Tobudina”.

Era su títere ahora.

Con aquella incursión de una nueva personalidad, vinieron temáticas diferentes a su mente. Ya habían pasado 3 años de relación con ella y necesitaban avanzar un poco más.

Solicitó a un viejo amigo, no solo un collar artesanal de calaveras, sino también un anillo. “Se lo darás al termina la obra, y serás la ostia tío”, se repetía en su cabeza.

“Si lo haré, no tienes que repetirlo siempre”, se contestaba.

Ella, se encontraba laborando y al mismo tiempo, estudiaba por las tardes. Los tiempos ya habían cambiado y no se veían tan a menudo, pero la relación crecía y debían dar pasos importantes para ello.

Una tarde del 8 de Noviembre, al terminar una de las muchas obras, él salió a escena sosteniendo la calavera en sus manos y realizando un monólogo.

-Antes que nada, necesito que suba al escenario una persona importante para mí. Ella subió, esperando algo terrible o reír sin parar como lo hizo durante tanto tiempo. Muchos en la concurrencia ya sabían lo que venía y se mantenían expectantes.

-Bien. Hemos estado mucho tiempo…

“Haber joder, déjate de tonterías y dale las cosas ya coño…”.

-No es tan simple si no me ayuda tía.

“Todo quieres que termine haciéndolo yo…”.

-Entonces deme lo que necesito para terminar.

La calavera escupió un anillo y todos en el público, impresionados, aplaudieron.

-¿Quieres estar conmigo el resto de tu vida?

Ella, sollozando dijo sí.

Él se hincó y le puso el anillo.

Así terminaba un ciclo en sus vidas, pero iniciaba otro aún más importante. No se dejen engañar, claro que hubo momentos oscuros en estos tiempos y uno que determino uno de los más importantes cambios en su vida actual. Ellos estaban acostumbrados a la maldad fuera de su relación, pero una bomba dentro, con los cuerpos abrazados, era letal si no se trataba con cuidado.

Esa es otra historia que les contaré en otro apartado, ya que, en verdad, es el momento decisivo en su vida futura.

Saben el resultado; de no haber sobrevivido, no estaría contándoles la historia.