top of page

Cuentos que no son de hadas


Llegó hasta el castillo donde lo esperaba Rapunzel.

-¡Rapunzel!-, gritó el muchacho que debajo la esperaba.

En lo más alto de aquella torre, se asomó la hermosa mujer. Y sin preguntarlo, dejó caer su enorme cabellera rubia brillante hasta la parte baja.

Sigilosamente, el muchacho ascendió por el cabello de su amada.

Al llegar al final, se apoyó en la ventana y por fin llegó a los aposentos de Rapunzel. Ella estaba molesta.

-Perdóname Rapunzel, no volveré a subir por tu cabello; pero es que esta mañana he olvidado las llaves de la entrada del castillo.


Entradas destacadas
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
No hay tags aún.
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page