Fragmentos de Horror: El crimen.

“El escritor está en un cuarto cerrado, entre sombras, sin testigos, nadie sabe exactamente qué hace ahí. Es la escena de un crimen”. Dedicado a Ricardo Piglia (1941-2017).

“… Le había encontrado o eso pensaba el detective. La luz, no era su aliada. Paso a paso sobre la fina vestidura del suelo, desplazándose junto con el viento, siendo uno. La mano, trémula, sosteniendo su arma en la posición indicada para disparar ante la menor provocación visual. El viento le desplazaba, pero también avanzaba a fuerza involuntaria, llevado así, por sobre el oscuro callejón.

Conocía al autor criminal y era tiempo entonces, de ponerle fin y llevarlo ante la justicia. Al dar la vuelta le encontró, sostuvo el arma y con rapidez la catapultó hacia el frente. El gatillo comenzó a ser impulsado hacia atrás, al mismo tiempo que “esa” fuerza le impedía mover el dedo.

Ahí estaba, congelado. En espera del cambio de página. Peor aún, de escribir el destino. Halló al autor escribiendo su obra. Ambos se veían. Uno; de la vida tangible; el otro, en lenguaje escrito, un personaje de ficción; ahora, con toda una reputación precedida en páginas acabada. Él sabía el nombre del autor, él conocía su rostro y su actuar. Pero él, no le dejaría divulgar una sola palabra… no hasta que él decida escribirlo…