top of page

Fragmentos de horror: Knock, knock, knock...


No era el despertador de siempre. Era el sonido de alguien llamando a su puerta. 3 golpes, con un leve espacio de silencio, nada apresurados; buscando tal vez, que el inquilin, no tardase en abrir.

Muy de mañana. Sin ganas de levantarse. Nuestro amigo despertó sin percatarse de los 3 primeros llamados, así que prosiguió con su día. Algo se notaba diferente en su nuevo ambiente, pero no le dio importancia.

Otra vez, la puerta sonó 3 veces; con la diferencia de que esta vez la escuchó; más allá de su cabeza.

Tomó algunas cosas y las colocó en su mochila. Observó las fotografías alrededor. Hizo una llamada a su madre, la cual, nunca contestó.

Sonó la puerta 3 veces otra vez, ya sin dar tanto espacio entre cada golpe. El visitante apresurado estaba al inquilino.

Sin tomar prisa, el inquilino mandó mensajes desde su celular, ya sin éxito, debido a la pésima recepción. Pero al final, pudo entrar a su red social, dándose cuenta de que...

Otra vez los 3 golpes. Más intensos, más veloces.

Recordó donde había dejado sus viejos zapatos, los buscó entonces debajo de la cama. Ahí también, pudo encontrar la vieja pulsera que le regalaron...

Golpe tras golpe, sonaron 3, fuertes y sin espasmos, más rápidos cada vez...

Apretó la quijada. Su mente los reproducía. Sus oídos una y otra vez les hacían sonar en el vago silencio de su enorme casa. Bajó las escaleras...

3 y siguen siendo 3. Golpe tras golpe no deja de sonar. Fuerte y más fuerte van dejando sus estragos en su mente...

Al bajar las escaleras, las fotos de su familia. La vieja cocina de mamá. El montón de trastes sin lavar. Se dirigió a la sala...

Fuerte, cada vez más fuerte. Ya no son solo sonidos, son golpes en el pecho, muy latentes... 3 de 3 se hacen sonar...

Pasó a través de la sala. El viejo sofá y la televisión encendida en un canal que no comprendía...

Los llamados ya más fuertes, como un cobrador, que busca insistentemente al inquilino que le debe...

Se acercó a la puerta y antes de volver a escuchar el sonido, jaló la perilla y abrió...

"Dicen, los que pudieron verlo, que al acercarse a la puerta ya se le veía raro. Así se fue. Cayó al suelo y no se levantó ya más. El parte médico decía que el infarto fue fulminante. En sus ojos, los que observan bien, no solo ven la oscuridad del alma, sino también, una puerta cerrada".


Entradas destacadas
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
No hay tags aún.
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page