Fragmentos de "cierto" horror (Parte I): La Sombra.

Concebido no se cuando. Realizado quién sabe donde. Existo, porque así fue; alguien decidió que así fuera. Vagando en ellas, en las sombras, en las noches, entre humanos, entrando en sus cuerpos, envenenando lo que llaman "alma". Todos iguales. Sin ella, recipientes vacíos. Sin mí, no viven lo que deberían.

La última vez, me encontraba yo en un cuerpo reticente, viejo, apagado por luz propia. Su "alma" se desvanecía y conforme eso sucede, yo podría también morir. Lo mejor es siempre escapar antes de tiempo. Lo malo, que cada vez que salgo, el cuerpo muera más rápido.

Siempre hambriento, de sangre, de seres, de almas, de humanos.

Hoy, hallé, en un día con larga penumbra, un joven, cerca de una escuela, en los grandes patios que esta tiene. No llora ni solloza. Muere internamente. El "alma" no resplandece. Busca algo, pero no lo encuentra dentro o fuera.

Simplemente, bajo hasta su nariz y me interno lentamente. Su "alma" es tan baja, tan inhóspita, que podemos fusionarnos. Ser uno de día y otro de noche. Me di cuenta que en este cuerpo puedo lograr grandes objetivos.

Nos movemos y allí, delante, un viejo amigo, su amigo, nos invita a recobrar esperanza en un evento literario. El alma anterior suele alimentarse de esto y ahora, con lo que voy a generar, creo que esto será mucho mejor de lo que yo puedo creer.

Nos recobramos. Esperanza hay para nosotros. Un mundo mejor fuera. En pesadillas le hablo, le digo que debe hacer. Saciarme a mi, su nuevo yo y saciarse él, una nueva identidad.

Murió horas atrás el "alma", vive ahora un oscuro espíritu. Me llama simplemente Demian. Me refiero a él como "humano".

Así comenzó, no una búsqueda, un hacer algo... y dejar marca.