Una sombra leyendo de sombras.
Hace un par de años aproximadamente, un buen amigo me hizo el favor de presentarme a una autora, mexicana y con gran gusto, acudí a la librería para adquirir una copia de su trabajo.
En aquel entonces, "Las violetas son flores del deseo", me cautivó de forma tal, que acuñé a la escritora entre mis Dark Best Sellers para continuar su línea de trabajo.
Conforme ha pasado el tiempo, he tratado de seguir su pista, pero muchas veces la economía y el tiempo, así como la exhorbitante cantidad de libros que veo en las más importantes librerías, no me permiten en ocasiones obtenerlos rápidamente.
"El dibujante de sombras", fue toda una historia extraña al momento de obtenerlo. Tras amanecer de una fiesta y muy muy cansado, decidí salir a caminar, esperando algo de iluminación para los trabajos que he comenzado a redactar estos últimos días.
Un amable señor, que dispuso una mesita y sobre ella varios libros, me invitó a acercarme sin decir palabra. Mi olftao sabe donde hay libros buenos, recuerda aparador, pasillo o lugar. Y este señor ya me había proveído de algunos. Cabe señalar que quien en verdad atrajo mi atención fue una secuela del Drácula de Stoker... aunque su costo era mayormente elevado.
Era comer o adquirir el libro y tenía bastante hambre, así que lo más probable era que en ese momento me iría con las manos y los ojos en blanco. Pero una sombra, de una Enciclopedia de Física, me mostro debajo de ella el nombre de Ana Clavel y parcialmente el título. No me di por vencido, o no me dejaron que así fuera y adquirí el libro en cuestión.
Volví a casa contento de tener otro libro (uno que desconocía su existencia), de Ana Clavel entre los 4 que ya tengo.
Les puedo decir que el libro es, como Ana Clavel sabe escribir, su estilo y forma de tratar la sexualidad y la humanidad, el deseo y la necesidad del hombre y la mujer, son exquisitos.
En pequeña reseña, el libro nos trae la historia de un Giotto, no el pintor, sino un niño nombrado así por un abad llamado Johan Kaspar Lavater, quien lo acoge debido a la excelencia en los trazos de sombras.
Este chico Giotto, así nombrado por el abad, crece a la sombra del gran Giotto, encontrando que ante su don no hallaría la grandeza tan fácilmente por no llevar una firma propia.
Es una lectura imperdible y créanme, con Ana Clavel esperas todo y a la vez esperas mucho más.
Gracias a la autora, que nos permite entrar en su mundo, por medio de las sombras.
