Fragmentos de Horror: Las batallas en la CDMX.
- jfuentes7cv6
- 26 ene 2016
- 1 Min. de lectura
En honor a José Emilio Pacheco.

¿Cuántos Carlos y cuantas Marianas se enamoran día con día? ¿Cuántos alumnos no se enamoran de sus profesores o profesoras?
Pero la pregunta más importante, que a la fecha es difícil responder: ¿cuántos José Emilio Pacheco hay en el mundo?
Carlos se prgunta a diario, donde está su padre, su creador. A veces le gustaría subirse nuevamente al transporte público y viajar a otro sitio., haber conocido a Mariana en otra época, haberse enamorado de Mariana en otra época y tiempo.
Pero un escritor hace lo que debe hacer con sus personajes y eso a ellos les pesa.
Carlos ahora va en Metrobús, ya a su tercera edad, no paga el transporte. Tiene muchos recuerdos de lo que antes era el Distrito Federal. No piensa en muchas cosas, sostiene fuertemente un ramo de rosas.
Se baja cerca del panteón francés tras una larga caminata y va, como un preso, intentando entregarse a su última morada. Rebusca ligeramente entre las lápidas, observa algunas y otras, las va pasando pese a su poca importancia.
A lo lejos, la encuentra. Ahí justamente, está Mariana. Le deja su ramo de rosas y espera su momento. El tiempo no se detiene en la mente del lector, para el autor, aunque no se encuentre, Carlos seguirá joven, pero para mi, el tiempo ya pasó.
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